Esta Imagen la tomé yo mismo en octubre de 2008. No sé si técnicamente se trata de una vidriera, o más bien de una pintura sobre vidrio. Pero desde luego, lo que se llega a apreciar en la foto, nada tiene que ver con la espléndida visión de esta obra in situ. Tengo que reconocer que no tengo más datos que la propia foto, así que si alguien me echa una mano lo agradeceré.
Una Imagen cautivadora, con un colorido intenso y muy definido, que contribuye a la sensación de volumen y realismo que uno percibe cuando se pone delante. Sin duda una de las más bellas imágenes que me traje de aquél viaje a Roma.

VIDRIERA MUSEO VATICANO
El COLOR en realidad no existe, es una sensación producida por la LUZ, y en una VIDRIERA se acentúa esta percepción debido al carácter traslúcido del vidrio -la luz no rebota sino que atraviesa el objeto-
Los maestros vidrieros son los artistas creadores de estas maravillas, dirigidas habitualmente hacia los interiores… mundanos, para el disfrute y aporte de calidad de vida, que siempre valoro como prioridad y objetivo del buen diseño de interiores.
José Félix García-Diego (Txotxe). Estudio df-interiorismo, Logroño (La Rioja)
Bueno Txotxe, ante todo reconocer la sensibilidad necesaria para hablar con pasión de algo que sin duda te ha impactado, discrepo de que no seas etendido en el tema por tus años de experiencia con el color y la luz.
Los vidrieros tenemos la gran ventaja de no tener que inventar la luz, como los pintores, nosotros la tenemos, solamente tenemos que trabajar con ella y modularla. Una obra pictorica sobre un soporte opaco recibe la luz y la rebota con lo cual el pintor debe de crear los efectos de luz y color que quiere conseguir. Nosotros recibimos la luz a traves del soporte con el que vamos a trabajar, y el color ya lo tenemos en el vidrio, ahora viene lo más complicado, modular, parar la luz para que no queme los colores, para conseguir una intensidad omojenea. Por eso tu cámara que es mucho más torpe que nuestro ojo tiene dificultades en apreciar los matices de los tonos claros como el rostro de la virgen o parte del cuerpo del niño.
Por último, si que se trata de una magnífica vidriera, probablemente del neoclásico y con un colorido excepcional, sobre todo ese manto rojo y el fondo azul. Y si que tiene un delicado trabajo de pintura sobre vidrio para conseguir los volúmenes de los mantos, caras y manos… En los talleres tradicionales el artista titular (el bueno) se ocupaba de pintar caras y manos, los segundones mantos, telas y ornamentaciones y los novatos (que no aprendices) que se ocupaban de pintar los fondos.
No es un vidrio pintado porque tiene trabajo de plomo despiezando y cambiando de vidrio. En este caso el despiece coincide perfectamente con el dibujo del manto y salvo la linea que atraviesa al niño de ombro a costado (seguramente probocada por el tamaño del horno menor que el cuerpo entero del niño) el resto de las lineas está muy bien integrado, lo que me hace pensar, junto al estilo pictorico, que se trata de una obra relatibamente reciente: neoclásico o romanticismo.
Hola Peke, un placer saludarte de nuevo.
Veo que no te has resistido a comentar este post. Es un lujo contar con tu opinión como maestro vidriero, como diseñador y como gran profesional que se dedica con cuerpo y alma a su trabajo. Gracias por aportar tu conocimiento y resolver alguna de las dudas que planteaba. UN ABRAZO.